El Ecuador se caracteriza por la gran
variedad y la riqueza de sus recursos naturales, dentro de los cuales se puede
destacar en particular la presencia de suelos volcánicos con un potencial
agrícola elevado y una amplia gama de climas sobre distancias cortas. Muy
temprano, el hombre supo aprovechar estas condiciones favorables y desarrollar
una agricultura floreciente que se distingue por sus producciones de una
notable diversidad donde alternan productos tropicales y de clima templado.
Sin embargo, poco a poco la
erosión ha venido afectando a los suelos agrícolas. En forma general, este
aspecto ha sido descuidado por el hombre principalmente a partir de la
conquista hispánica, sea por despreocupación frente a la abundancia de los
recursos naturales, sea por la falta de experiencia en materia de conservación
de los suelos.
Desde entonces, los suelos en el Ecuador
han tenido un riguroso estudio desde las décadas de los años 1980 y 1990, los
cuales dieron como resultado que la región interandina es la más afectada en
cuanto a la degradación de los suelos, debido a: la formación y estructura de
los Andes con sus diferentes ecosistemas y composición del suelo.
Respecto de la incidencia de la
degradación de suelos en el Ecuador, es particularmente importante el proceso
de erosión producido en buena parte por la
expansión de la frontera agrícola, como
una forma o mecanismo de incremento de la producción en lugar de mejoras de
productividad con adecuado manejo de tecnologías y
consideraciones ecosistemas, lo que
ha llevado a incorporar territorios "no aptos" a esta actividad; esto
ha derivado en una alta incidencia del fenómeno "erosión"
respecto al total del territorio nacional.
ZONAS MÁS AFECTADAS DE ECUADOR
Las
provincias de mayor incidencia y grados de erosión según el Observatorio de
Política Ambiental (OPA) están concentradas en la región de la sierra, Azuay,
Loja y Chimborazo, que representan porcentajes de 6%, 8%, y 4% respectivamente.
En la región costa, la
zona de mayor prevalencia de este fenómeno está en las provincias de Manabí
(28%), Esmeraldas (13%), y Guayas (6%). (Jiménez, 2011).
Estas provincias han representado un eje histórico, productivo y
de desarrollo nacional e internacional en el país, de modo que la actividad
antropónica es el factor de riesgo principal de erosión o bien, la causa
principal. Sin embargo, las provincias de
Azuay, Loja y Guayas presentan causas en común en cuanto a sus problemas
ambientales en degradación de sus suelos. Por consiguiente, los datos que se
han obtenido del tema según se observa los hechos a lo largo de la historia, la
Provincia de Loja desde la época de la colonia española fue víctima de la
deforestación masiva debido a la necesidad de construcción de viviendas o
establecimientos por parte de los colonos, a la exportación de madera y también
debido a las malas prácticas de agricultura que los conquistadores trajeron a
estas tierras.